El papel de los educadores y los padres es estar cerca, pero no “cortar
las alas” a los hijos y entender que los niños, como todos, se equivocan
y esto les ayudará a aprender de sus errores. Pero si el niño se siente
permanentemente criticado se generará el miedo a expresarse, a intentar algo
nuevo por temor a equivocarse y se sentirá incapaz. Todo esto redundará en su autoestima.
Por lo tanto, para un niño la vida es una aventura. Las
exploraciones más básicas de los niños por el mundo son en realidad ejercicios
creativos, la necesidad y el deseo de investigar, descubrir, experimentar, es
algo natural para ellos. A medida que van creciendo empiezan a crear universos
enteros a través de sus juegos, mismos que se convertirán en su realidad.
La creatividad
florece cuando las cosas se hacen con placer.
Cuando un niño
aprende a ser creativo de una forma tal en la que conserva el gusto por hacer
las cosas, será más seguro que produzca algo mucho mejor, pues en realidad lo
que cuenta siempre es el gusto por hacerlo, y no tanto la perfección.
Sin embargo, un
medio ambiente que resulte estimulante para la creatividad es necesario, que el
niño se sienta motivado por los adultos de manera que su espíritu creativo
surja de su interior. Así pues, en las familias creativas se respira un
sentimiento diferente y se percibe más espacio. Es
importante saber que en el proceso creativo se dan ciertas características, y
que cuando sintamos que un niño puede ser altamente creativo, será realmente
cuando sus procesos intelectuales se inclinen más hacia el pensamiento
divergente, es decir, que tenga características como la fluidez, la
flexibilidad y la originalidad, tanto como la previsión, mismas que permitirán
aceptar la importancia de otorgar muchas y variadas respuestas o soluciones a
algún problema o situación.
Cabe destacar, que educar
en la creatividad es educar para el cambio, y formar personas ricas en
originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza; personas
amantes del los riesgos, y lista para afrontar los obstáculos y problemas que
se les van presentando en su vida escolar y cotidiana.
Es por eso, que el juego es imprescindible en todas las etapas de la infancia,
lógicamente cambian el tipo de juego y su significado. Existen casi infinitas
formas de jugar, solo limitadas por el espacio que tienen para desarrollar sus
juegos, los recursos que les proporcionan los adultos y por su propia
imaginación. Por ello los adultos deberían facilitar los medios para jugar, los
materiales y el espacio necesario para ello.
Algo muy
importante para estimular la creatividad en los niños, es recomendable
establecer límites, por ejemplo, si se le pide a un niño que realice un dibuje,
probablemente él nos pregunte ¿ y qué dibujo?, a través de esta pregunta el
niño nos está pidiendo ayuda para iniciar el despliegue de su imaginación, lo
recomendable no es sugerirle cosas concretas, sino darle ideas o estímulos
disparadores que permitan al niño generar sus propias ideas, esto ayuda a
resolver el problema de quedarnos con “la mente en blanco” cuando no se nos
ocurre nada. Por ejemplo, puede sugerirle al niño que invente un animal y lo
dibuje, un personaje nuevo o simplemente que dibuje aquello que va a realizar
el día siguiente.
De todo ello, podemos llegar a muchas conclusiones, siendo esencial la
que nos ayuda a entender la Creatividad como parte del disfrute de los niños,
al tener una importante herramienta para solucionar las dificultades que a
diario les surgen. No olvidemos que aunque los adultos estamos ahí, tienen
muchas dificultades a las que hacer frente, por ello ayudarles a desarrollar la
creatividad sin límites les ayuda a ser más independientes y felices.
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